domingo, 7 de septiembre de 2014

sábado, 9 de agosto de 2014

Un cariño de palabras: Liliana Rodríguez de Concordia opina sobre mis cuentos.

Es que en el mes de agosto, más exactamente el 22, estaré en la Magisterial de Concordia presentando mis libros. Los que edité en Colombia.
La profesora que me está ayudando, Liliana Rodríguez, me ha escrito tan bellas palabras sobre mis cuentos que las quiero repetir aquí:
Qué lindos cuentos, María Luisa! De "La abuela viene de noche" me gustó la ternura y la sencillez en esas palabras tan simples de la cotidianeidad familiar: creo más en ellas que en los rebuscamientos psi-profesionales para tratar con los niños los grandes temas de la existencia humana, como el dolor frente a la muerte. De "Una república aburrida" me guardo la magia del niño protagonista, que puede curar a su sociedad adormecida al creer en su sueño.
En ambos cuentos encuentro el aspecto terapéutico de la buena literatura.
Si estás de acuerdo, podría publicar los enlaces en mi blog, para contribuir a su difusión.
Un abrazo. Liliana

Y acá les quiero dejar el link de su blog, no se lo pierdan:
Literatura infantil: dos cuentos de María Luisa de Francesco

viernes, 1 de agosto de 2014

La República aburrida ( inédito)

La República aburrida.

Era un país largo y verde, como muchos, con un montón de ríos, como otros muchos y también con algunas ciudades y pueblos más pequeños, como casi todos los demás. Y la gente vivía, comía, se bañaba, estudiaba y trabajaba, en fin que era un país igualito a otros. Pero estaban aburridos, todos desde el presidente hasta el perro de la farmacia, todos aburridos, las niñas de la escuela y las enfermeras, los doctores y los gatos.
Nadie sabía muy bien qué pasaba pero la gente andaba con la cara así, de aburrida. Que no es una cara de enojo, o cara de alunado, no , no, es cara de aburrimiento o sea, casi como durmiéndose.
Un día alguien bostezó y el bostezo se contagió como una gripe pero más ligero. Bostezaron los choferes y también las cocineras, las señoras que se peinaban en la peluquería y los gatos, los caballos en el campo también, las mismas vacas que estaban dando su leche tibia bostezaron.
Y así comenzó. A partir de ese momento todos se levantaban y bostezaban, normal claro, pero después no paraban de bostezar en todo el día. Ni de noche, la gente se despertaba a bostezar de tan aburridos que estaban.
Al cabo de un año era tal el aburrimiento y la epidemia de bostezos que el señor presidente hizo un congreso de médicos para aclarar el tema. Lamentablemente no pudo terminarse porque se durmieron todos, incluso el presidente. Así que decidió llamar a un montón de científicos, psicólogos, expertos en sueño y otras cosas más difíciles de escribir y decir. Le pidió a la banda local que se pusieran a tocar bien fuerte un ritmo alegre para ver si podían no dormirse, pero nada, los de la banda empezaron bien pero al rato se fueron de tono y empezaron a tocar el arrorroró, duérmete niño, duérmete ya…Empezaron bostezando y terminaron suspendiendo el congreso.
El presidente dejó de insistir, al fin y al cabo él también tenía mucho sueño. Así pasó el primer año y andaban todos con esa cara de aburridos y arrastrando los pies por el suelo…No había animal ni persona que se salvara del aburrimiento. Los niños que nacían en vez de llorar bostezaban, nacían aburridos.
Sucedió entonces lo que tenía que suceder uno de esos niños decidió tomar café, comer azúcar, estudiar el tema del aburrimiento, hacer ejercicios, vencer el bostezo. Nadie le hizo mucho caso y cuando su mamá lo reprendió por tomar café y comer azúcar, no terminó el rezongo cuando comenzó el bostezo. Y nuestro pequeño niño siguió su tarea. Las comunicaciones estaban todas demoradas porque como la mitad dormía y la otra mitad bostezaba, nada funcionaba bien.
Nuestro niño pequeño, se llamaba Esteban Quito, decidió buscar en Internet sobre el tema de los bostezos y de tanto aburrimiento. Por suerte era un niño con mucha paciencia porque en la República Aburrida todo demoraba un montón. Pero Esteban tenía miedo de dormirse y no tomaba café negro porque su mamá no quería y además, le daba dolor de barriga.
Este es el momento en que la historia se complica, vamos a buscar a alguien que nos ayude, porque de verdad, siempre vamos a necesitar a alguien cuando estamos atascados en un problema. Pudo haber sido un mago, una bruja, un hada o un gnomo pero no, esta vez vino de otro lado la ayuda. En el salón principal de la sala de informática de la Escuela más grande de la República Aburrida, los niños habían dejado un robot llamado Mario.
Mario había sido un proyecto del profesor de ciencia antes de aburrirse. Lo habían abandonado y Mario registró sin que nadie le pidiera todo el proceso de aburrimiento de las personas, animales y hasta algunas otras cosas como plantas. Mario tenía muchísima información guardada que le podía servir a Esteban pero no sabía cómo hacer para llamarlo. Por suerte no fue necesario, Esteban vio al robot y con el deseo de jugar para no dormirse, lo encendió.
Poco a poco fue viendo todo lo que Mario había guardado. Había comenzado un día de lluvia, pero no era simplemente agua lo que cayó, no, era una sustancia que daba mucho sueño. Y de esa sustancia Mario hizo un informe completo para poder usar una especie de antídoto en la siguiente lluvia. Había poco tiempo, la primavera estaba cerca y la primera lluvia sería fuerte, necesitaban el antídoto.
No fue fácil lograrlo: Mario daba las instrucciones pero Esteban era un niño pequeño y nadie le hacía caso cuando pedía ayuda. La maestra se dormía antes sus explicaciones, la madre bostezaba y decía:
- Sí querido, qué niño tan lindo eres…- ahí ya estaba bostezando.
- No entiendo mucho lo que dices mi niño- le decía su papá- pero sí, voy a ayudarte.

Sin embargo cuando llegaban al laboratorio el padre roncaba en el primer rincón que encontraba en penumbras. Nadie ayudaba y Esteban temía no poder cargar los dispensadores de lluvia con el antídoto, tampoco pensó lograr el antídoto a pesar de los estrictos controles de Mario.
Por suerte existen los niños que entienden de fórmulas, por suerte en la sala de ciencias hubo un robot Mario que sin que nadie le pidiera guardaba tanta información. Entre bostezos y ronquidos lograron el antídoto y fueron cargando los dispensadores lanza antiaburrimientos un poco antes que llegara la primera gran lluvia de primavera.
La noche estaba llena de estrellas y la luna era un gajito de naranja blanca pintada sobre el cielo. Esa fue la noche elegida por el robot de la escuela y Esteban para lanzar sus misiles con agua especial para el aburrimiento. Todo el cielo quedo lleno del agua que luego comenzó a caer mansita. Mario y Esteban festejaban saltando. Luego esperaron, un rato, un rato más, un ratazo, un ratonazo y se aburrieron. No se querían dormir pero de tanta espera al robot se le agotó la batería y a Esteban se le cerraron los ojos.
Se despertaron al día siguiente: Mario cuando el profesor de ciencias le cargó la batería y le puso una fórmula química nueva para recordar. Esteban cuando la mamá lo llamó apurada que se tenía que ir a la Escuela.
Y claro, al principio no notaron nada, pero nada de nada. Todo comenzó igual pero a media mañana nadie bostezaba. A medio día almorzaron y nadie pidió la siesta. Incluso llegó la tarde y se reanudaron las tareas como un día cualquiera. Y es más: llegó el atardecer y nadie dormía, salvo claro, los pequeños.
Esa noche Esteban les contó a los padres todo lo que había hecho. Mario al día siguiente pasó un informe al profesor de ciencia de todo lo que habían trabajado. Por supuesto nadie creyó nada y hasta el día de hoy están viendo cómo pudo ser que un niño llamado Esteban Quito, soñó con una República Aburrida y le transmitió al robot de la escuela su mismo sueño.
Esteban y Mario siguen siendo grandes amigos y ya no se preocupan por nada que no tenga que ver con sus sueños compartidos.

jueves, 24 de julio de 2014

Ensayando cuentos: Búho robótico y esdrújulo.

1. Mirando fijo la imagen pregunto:
- ¿Es un búho robótico?
2. Sí- responde mi amiga- se llama Latónico Redondélico y habla en esdrújulo.
3. - Cuéntame, digo curiosa, ¿crisálidas y estereotípicas palabras esdrújulas usa, para contar su decrépita vida?
4. - Usa cánticos lunáticos y esperpénticos, sílabas estentóreas, mágicas y minúsculas fábulas...- me responde mi amiga.
5. - Ohhhhh pero¿ qué dices? ¿Usará también esqueléticos, cadavéricos y esdrújulos conjuros para contar su vida? Si es así me hace sentir insípida y retórica con su bosquejo.
6. - Es totalmente anárquico, una oropéndola magnífica – explica mi amiga
7. - Me pregunto si le gusta la matemática, por sus ojos en círculos y su geométrica figura...Y, ¿le pagaremos el aéreo desde su paisaje errático?
8. Más bien un paquidérmico boleto en helicóptero, tiene muchas ínfulas.
9. - De todos modos tengo un cálculo centímetro por centímetro de cómo usar su vuelo fatídico.
10. - Serían Kilómetros de hipérboles para fétidas músicas...- me asegura.
11. - Más una década de lácteos brócolis!!!!- me imagino yo
12. – Escondámonos ante su cólera…
13. – Y pídanle el teléfono,¡ tiene el hígado eléctrico!
14. - - Uf ni te hablo de la glándula pancreática…
15. – Es un robot sin escrúpulos, tiene el hipotálamo deforme y los tubérculos violáceos.
16. - - Sí, más unos omóplatos y húmeros húmedos...
17. - Este búho es una máquina...con fósforo y cerámica, ¿por eso es esdrújulo?
Se acabó, del búho robótico ni me ocupo yo, ni tu, ni nadie más, que se vaya con las esdrújulas a otra parte más álgida.*


• Este proyecto de libro álbum debería jugar con la imaginación en la composición del búho y agregar un pequeño diccionario de las palabras usadas. Son totalmente dispares pero intenta jugar con lo esdrújulo y el disparate.

Este cuento fue realizado vía Redes Sociales con la querida amiga María Elisa Essaín.

lunes, 2 de junio de 2014

Festejando mis libros

La Editorial Tiempo de leer en Colombia me ha publicado tres libros:
La increíble historia de un amor y una no nariz
Luciano un sapo lírico
De magos, detectives y otros disparates.
Pude presentar los dos últimos en forma persona en la Feria del libro de Bogotá.
También pude dictar dos conferencias: Salimos a cazar no lectores, para el primer encuntro de bibliotecas escolares
Acciones de animación y recreación de lectura, para maestros.
Un linda experiencia con la calidez de la gente colombiana.
Acá les dejo la carátula de mis libros, algunos cuentos ya conocían este blog:

lunes, 12 de mayo de 2014

Mis nuevos libros en Colombia.

"...el que leer por leer, por puro gusto de leer, por amor invencible al libro, por ganas de estarse con él horas y horas,lo mismo que se quedaría con su amada..."

He regresado de mi viaje a la Feria Internacional del libro en Bogotá, Colombia.
Allí en ese marcó la Editorial Tiempo de leer, ha presentado dos de los tres libros que me han publicado que fueron:
1 La increíble historia de un amor y una no nariz.
2 Luciano un sapo lírico
3 De magos, detectives y otros disparates.

Ha sido muy emocionante estar en la presentación en tierras tan lejanas pero a la vez tan de nuestra larga América Latina.
Tuve oportunidad de dar dos conferencias, una para la Secretaría de Educación de Bogotá, para el evento llamado: La biblioteca escolar, Universo vivo y dinámico. Con un marco de público que sobrepasó las trescientas personas, tuvo muy buena acogida mi trabajo llamado: Salimos a " cazar" los no lectores.
La segunda organizada por la Editorial Tiempo de leer para maestros y profesores: Acciones para animar y recrear la lectura, en otro salón y con mucho público.
Agradezco los aplausos, las sonrisas y el entusiasmo con que recibieron mis sugerencias.
La presentación de mis libros no puedo darles una mirada objetiva: esos libros son fruto de mi trabajo y sobre lo que me gusta contar a los niños pero son, niños que han nacido y que en este momento están recorriendo escuelas y colegios de Bogotá. No puedo ser muy objetiva. Sin embardo les digo que son hermosos, bellamente ilustrados. Alejandra Daza y Derwin Angel, también el ilutrador de Luciano, Oscar Ivan Hernández Silva.
Dejo testimonio con algunas fotos de todo lo vivido en las tres instancias.

sábado, 12 de abril de 2014

Mi nuevo libro: Luciano, una sapo lírico



Acá la tapa de mi nuevo libro que edita la editorial Tiempo de leer en Colombia.
Es mismo tienen relatos con animales: y he dedicado cada uno de los cuentos a autores que admiro dentro de la literatura infantil.
Este Luciano, el sapo, lo he dedicado a Roy Berocay.
El último huevo de dragón, al argentino Roldán.
La araña de la selva, al salteño Horacio Quiroga
La gatita de la suerte, a la autora Graciela Montes
Una arveja audaz, a la autora Laura Devetach.

Y con eso cumplo y me despido de mis cuentos con animalitos: en el futuro quisiera escribir para niños pero los animales me gustaría describirlos más en su habitat natural, haciendo cosas de animales, romper un poco la vieja fábula porque estoy siendo sincera si les digo que ellos también enseñan y mucho más cosas con su comportamiento normal. Que se comporten hablando y pensando como el género humano, a estas alturas, no los dignifica sino creo que al contrario. Los niños de hoy, los nuestros, deben de aprender que los animales tienen un mundo maravilloso en sí mismo.

El destino de María

Eran cuatro hombres.
Entraron en la casa sin pedir permiso y rompieron las cosas que guardaban otras.
Entraron como aullando sirenas.
Entraron y María se quedó dura como una piedra, le trajo tantos recuerdos que ni siquiera preguntó por qué llegaban.
Entonces le dijeron te llevamos con nosotros y nos llevamos tu destino.
Y María no entendió que se lo llevaban para siempre.
Esposas, capucha y botas sobre su cuerpo para viajar en un auto sin otro sonido que la radio que transmitía el campeonato de fútbol.
Era el 25 de mayo de 1978.
María después pudo recordar que oyó frases como: ¿crees en dios? Porque acá nosotros somos dios. Y otras palabras crueles. Y otras amenazas y algunos golpes que no le dolieron porque el susto era más que el dolor.
El susto fue tan grande que cuando salió de ahí borró todo de su memoria.
El susto fue tan agobiante como lo fue de humillante orinarse parada; decidió olvidarse
Y entonces ellos se quedaron con su destino.
Muchos años más tarde se dio cuenta que le importaban poco los golpes, la violación y mucho menos haberse orinado casi todos los días en el interrogatorio.
Pero le dolía y mucho, el destino robado. No pudo recuperarlo.( María Luisa de Francesco/ abril de 2014)

martes, 4 de marzo de 2014

Artículo de primera nacesidad.

Después de años de batallar por una literatura para niños amplia, sin tabúes, sin códigos moralizantes, solo a favor de la belleza, la ilusión y la fantasía, donde se hable de lo mágico, de lo de hoy, de lo de ayer...de una literatura para niños que no sea por favor, la hermana más pequeña de la literatura toda, sino, su hermana. He leído un artículo que no quiero perder, que no quiero dejar de compartir:
La literatura infantil es una rama de la filosofía, Juan Villorio

lunes, 10 de febrero de 2014

Dos fotos inexplicables.

La culpa es de mi mamá que siempre anda buscando lugares y cosas extrañas, como soy su única hija seguro voy a parecerme a ella. Un día de primavera nos enteramos, mi padre y yo, que al fin mamá había logrado que le alquilaran a bajo precio la casona enorme que hacía años andaba buscando para pasar un verano completo.
En un lugar privilegiado, hermoso, en una gran altura y casi junto al río. Y así nos vinimos apenas terminaron las clases, tan pero tan felices. La planta alta de la casa tiene un balcón enorme, como una terraza, desde donde se ve correr el viejo río a veces mansos y otras, no tanto.
A mí lo primero que me molestó fue que justo al otro lado de la calle, la única companía era esa otra casa a la altura de la nuestra pero totalmente olvidada. Su techo ya no estaba, de las ventanas sólo quedaban pedazos de muros con rejas, en fin, que era una casona muy antigua que habían dejado ahí, abandonada. Me prometí que el primer fin de semana con mis amigas iríamos a recorrerla y a corrernos asustándonos.
Desde ese fin de semana lo hicimos, era muy divertido porque la casona antigua estaba rodeada de arbustos que crecían entre sus viejas paredes, los ladrillos desnudos, el portón de reja que cerraba la entrada chillaba bajo nuestras manos, había todo tipo de insectos corriendo por aquellos muros. Así que los sábados la vieja casa era visitada por nosotras que corríamos, nos asustábamos y gritábamos dandole un poco de vida al lugar.Y lo digo en pasado porque ahora...ya no podría ir.
Desde hace tiempo mi mamá quiere tener un estudio de fotos, pero no así un estudio de dos por tres, no, mi mamá estaba, y está, decidida a ser fotógrafa profesional con fotos maravillosas reveladas por ella. Mi papá no dice nada porque sabe que cuando mamá quiere algo, lo consigue, así que decidimos entre los dos, dejarla hacer y que ese verano se reciba de fotógrafa revelando sus hermosas fotos. Mi mamá es muy creativa. Se hizo un estudio de fotos en la planta baja de la casa que tuvimos ese verano, un cuarto de revelado como los de antes con luz roja y todo porque mamá había decidido hacer todo tipo de fotos.No podíamos saber qué destino tenía el bendito revelado de mi mamá.
Y fue la noche que esperábamos la tan anuciada tormenta. Cuando mamá supo lo del anuncio nos avisó que esa noche no quería que la molestáramos, que miráramos una película o que leyéramos algo, no importaba, pero esa noche ella tenía que esperar la tormenta en el balcón para tomar sus primeras maravillosas y artísticas fotos.
- ¿ Por qué esta noche, mamá?- protesté yo.
- Porque tengo puesto mi ojo en un punto desde donde se verá el río iluminado por los rayos, si es que hay tanta tormenta eléctrica como pronostican.- me dijo muy seria.
- Pero me voy a aburrir - seguí protestando- esta noche no pueden venir mis amigas...
- No te preocupes - dijo mi papá dejando el diario- tengo que ir hasta el centro, traeré películas y alguna revista.
- ¿ Puedo acompañarte?- pregunté
- Bueno pero no molestes si me demoro- agrego papá que siempre demora en todo- tengo muchos trámites que hacer.
- ¡ Está bien!- le dije y le tiré un beso con la mano- ¡ Voy a cambiarme!
Y nos fuimos con mi papá en un viaje que debía demorar un par de horas pero como siempre demoramos el doble. Vinimos cargados con la compra del mercado donde pusimos una cantidad de dulces que nadie nos había encargado y una cuantas películas de miedo más las revistas de historietas y palabras cruzadas que tanto nos gustaban.
Era temprano aún pero la tormenta ya se anunciaba, docenas de nubes oscuras se paseaban rápidas sobre el cielo, el río tan verde estaba lleno de grises sombreados, algunas descargas lejanas iluminaban sus laderas más allá de donde llegaba nuestra vista. Y claro, cuando entramos en la casa la vimos a mamá eufórica, contenta, con dos trípodes y dos cámaras en el balcón. Nos saludó con la mano y nos dejó ver una sonrisa que quería decir:
- Estoy feliz haciendo lo que me gusta, gracias por no molestarme.
Así que nos fuímos a guardar la compra y a ordenar qué película mirábamos primero. A las nueve comenzó una llovizna y muchos truenos anunciaban que la tormenta golpeaba ya las puertas, mi papá se había dormido porque gané el sorteo y estábamos mirando una de miedo. Entonces lo abracé y le dije:
- ¿Podemos ver las películas desde la cama grande?
- Claro que sí- me dijo contento.
Ahí nos fuimos con golosinas, revistas y películas a su habitación donde él roncaba y yo me moría de miedo mirando las películas que nos habíamos traído y masticando un chicle o dos, mezclándolos con algo de chocolate que me parece, me quita el miedo.
Eran como las diez tal vez cuando un rayo estremeció toda la casa, la luz hizo unos guiños y después del estruendo del trueno, oí gritar a mi madre de felicidad y luego su carrera veloz al sótano de revelado. Pensé:
- Ya está, por fin sacó su foto, ahora se viene a la cama y nos dormimos acá los tres.
Pero la que se durmió fui yo porque mamá esa noche no pudo la pobre. De mañana temprano me levanté y la vi cuchicheando con papá en la cocina, los pelos así nomás, eso que mamá se cuida mucho el pelo aún en verano. De pijamas y con cara de susto. Pensé que mi madre se había mirado las películas de terror que trajimos pero no, porque estaban mirando los dos fotos, seguro las fotos de mi mamá.
La cocina tenía solo un triste mate preparado, para mí nada, ni tostadas, ni biscochitos, ni galletitas, nada de nada, mamá se andaba paseando y papá sacudía la cabeza mirando fotos.
- ¿ Qué pasa?- pregunté
- Nada querida, nada- dijo mi madre pero el tono quería decir: pasa algo muy gordo.
- Ah no, dije yo, ya no soy una niña, cuenten que pasa...
- Las fotos- dijo mamá- son las fotos.
Antes que papá las sacara de la mesa de la cocina,siempre quiere ocultarme las cosas, yo las vi: eran dos fotos, grandes, en blanco y negro porque mamá está en su etapa sin color. Claramente se veía la ventana de rejas con trozos de muro de la casona abandonada. Al otro lado allá lejos, el río revuelto con la tormenta. Todo iluminado por un rayo, pero lo extraño era la sombra detrás de la ventana abandonada. La sombra de algo así como un hombre que estrangulaba una mujer. Era verdad lo que veía, pregunté casi llorando, qué clase de broma hacía mi mamá con las fotos que mostraba esa sombra siniestra en el lugar donde yo y mis amigas jugábamos a escondernos los sábados de tarde.
Al fin mi mamá se sentó, intentó tranquilizarse y me contó: que ella sacó muchísimas fotos durante el efecto de los rayos sobre el río, de marco usaba la ventana que parecía abierta al vacío y las rejas de las casa abandonada. No vio nada y cuando fue a revelarlas, entonces vio y no pudo parar de revelar como diez fotos más, agrandando, iluminando, en fin...Que aquella sombra aparecía siempre igual.
Después discutimos los tres qué hacer: llamar a la policía local decía mi padre, llamar a nuestros amigo el policía de la capital decíamos mi madre y yo. Al fin ganó papá y a eso de las diez de la mañana bajo una lluvia mansita, cayó el Inspector Gómez que nos hizo más preguntas de las que alguien pueda imaginar.
Se fue a las doce sin decir ni mu, ni ma, ni nada. Se fue serio preguntando si realmente las fotos las había sacado mi madre y se llevó las fotos.
Al principio esperamos tranquilos que alguien viniera a comentarnos algo, luego pasaron dos días y estábamos los tres muy preocupados. Nada de nada, nadie nos venía a decir si había pasado algo.
El viernes con vos segura, mi padre dijo:
- Si no nos informan nada, nos vamos de nuevo a la ciudad.- dijo eso y punto.
Mamá no reprochó nada, también sabe que cuando papá dice nos vamos, nos vamos. Tenía miedo que algo pasara, pero al final no pasó nada, bueno pasó, pero no lo que papá temía.
El viernes de tardecita nos llamó el Inspector Gómez, y las dos suspiramos, al fin había noticias, ya no teníamos que hacer valijas y mis amigas irían el sábado y con el cuento de las fotos, estarían toda la tarde haciendo preguntas.
El Inspector Gómez se instaló en el salón principal, vio primero la vista desde el balcón hacia la casa de enfrente, vio con el ojo de la cámara de mi madre desde dónde y cómo sacó las fotos, después aceptó un vaso de limonada y nos explicó despacio:
- Ustedes no tienen nada que temer, acá no ha pasado nada.
- Entonces la sombra es un juego de mis dos cámaras- dijo mamá con voz de no me diga mentiras- porque con las dos capté esa sombra...
- Sí, así es..- el Inspecto tomó un poco de limonada.
- Y las dos fotos son bastante nítidas- siguió mi madre- no creo que alguien en semejante tormenta hiciera la sombra para asustarnos...¿ no le parece?
- Yo tampoco creo eso...- dijo el Inspector y terminó la limonada.
- ¿Hay alguna explicación?- preguntó mi padre intentando estar calmado- ¿ Ud piensa que mejor nos vamos a nuestra casa?
- Bueno mire, - aclaró el Inspector tomándose un minuto- Esa casa está vacía desde fines del siglo XIX...Nadie más la habitó, nadie la compró, ni siquiera fue puesta a la venta...Es una casa totalmente abandonada ya ustedes la han visto...Sin embargo la información que yo tengo es que esa casa fue el regalo del padre de una joven heredera de la zona, Julieta Santos y Ríos. Su padre fue el fundador de este poblado, un hombre muy rico. Casó a su hija con el hijo de su mejor amigo...y le regaló esa casa que según dicen, era hermosa. El muchacho, llamado Juan Aristes, estaba loco. Inútil fue avisarle al padre de Julieta que el muchacho era trastornado, inútil fue que su propia hija le rogara no casarla con él...
Silencio, el Inspector se detuvo y mamá le llenó el vaso con su limonada milagrosa, el hombre tomo un poco y continúo...
- Se casaron en un diciembre de mucho calor, hicieron una gran fiesta y el novio se vino luego con su esposa para la casa pero nunca más lo vieron, encontraron a la pobre chica estrangulada en el dormitorio principal- el inspector señaló la ventana- Sí, ese era el dormitorio principal, al muchacho jamás lo hallaron y todos piensan que se ahogó de alguna manera siniestra. No son las primeras fotos que muestran esa sombra...hubo una en el siglo pasado...
- No se hable más- dijo mi padre- estamos frente a una casa de fantasmas,nos vamos mañana mismo.
- Pero es una historia fascinante- dijo mamá sentándose- cuentenos más...
- Bueno, no hay mucho más.- dijo el inspector- una o dos veces alguien comentó que sacaban fotos y se veía la sombra. No las he visto y tampoco me lo había creído pero le puedo asegurar que los cuentos dicen exactamente lo que usted fotografió.En el pueblo siempre se habla de lo mismo, es una leyenda este lugar y las fotos inexplicables...
Un rato más tarde el inspector se fue y nos quedamos con mamá pidiéndole a mi papá que no, no nos queríamos ir. Al final pobre mi padre, cedió con la esperanza que nos arrepintiéramos.
Le hice prometer a mi madre que en la próxima tormenta o en la noche más brillante de la luna llena, cuando la ventana fantasmal se llene de luz, me dejará sacar una foto.
Y acá estamos las dos esperando que eso ocurra, por suerte, aún no termina el verano.

Mi libro: la increíble historia de un amor y una no nariz

Publicado por la editorial Tiempo de leer, para su colección Tiempo de soñar, en Colombia, les dejo la reseña de este primer libro para niños, pronto serán tres, que presentaré en mayo en la Feria del libro de esa ciudad.
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