domingo, 23 de diciembre de 2007

Otras interrogantes consonantes sobre la lectura.

Gran parte de la historia de la literatura se hizo desde la boca a la oreja. Y no de ésta, que llamamos para niños, y que no pocos miran con desdeño, sino de toda la literatura. En el principio fue el verbo oral, y pasaron muchos tiempos y muchas cosas antes que el libro, de cuero, de madera, de papiros, apareciera dejando un testimonio de la palabra. Y antes que esos libros aparecieron las pinturas en las cavernas, ésos serían nuestros primeros murales expresivos.
Y luego llegaría el gran invento de Guttemberg, y claro, desde allí al paso de las bibliotecas virtuales larga y ancha fue la historia. Pero es interesante saber, por ejemplo, que hace pocos años, cuando el teléfono nos sacudió con su tecnología el correo tenía miedo de morirse en el intento de que las personas se siguieran comunicando por escrito. Y hoy, los miles de millares de correos electrónicos que surcan Internet por minuto superan al teléfono.
Así ha sucedido con todos los avances tecnológicos que nos rodean y no son pocos: los niños leen poco porque ven mucha televisión, se dice hoy como hace más de cien años se culpaba a la radio de que los niños no estuvieran haciendo su tarea, y también hoy tememos a la terrible, aún en muchos lados, computadora y otros tanto juegos electrónicos para culpar, estos niños ya no leen nada.
La cosa es : los adultos también leemos menos ,quizá? Como dice Obiols, en su libro Adolescencia y postmodernidad: no será que siempre se elige una mala película antes que un buen libro?
Y será cierto que se lee menos?
No es cierto que asistimos a niños pequeños que sin saber las letras pueden descodificar íconos antes de los 4 años?
No es cierto que nos deslumbran estos niños nuestros cómo leen sin leer pero se las arreglan a la perfección con cuanto juego, o aparato electrónico cae en sus manos?
No es cierto que cada día que pasa vamos a las Ferias del libro y hay más y mejor material para niños en sus estands de venta?
Y no es cierto que los premios en dinero son mayores, los de literatura para niños digo, y se ha dado una mejor difusión y premiación a los ilustradores de estos libros?
De qué hablamos cuándo decimos que estos niños de hoy no leen?
Recuerdos de nuestras infancias, dónde el ocio era muchos más austero y teníamos muy pocos entretenimientos y conocíamos un solo tipo de lectura?
La historia de la lectura tampoco es tan larga como pretenden hacernos creer desde algunos lados. Las mujeres de pueblo, no las de la nobleza, los niños de pueblo aprendieron a leer obligatoriamente hace menos de 200 años y además, se hizo la ley por una cuestión de mejorar las economías dominantes de turno y no por hacer el bien a los analfabetos.
Hasta el siglo XIX las prácticas de lectura obligatorias para todos no fueron tales. Y no siempre todos los que asistieron a las escuelas de ese siglo o del siguiente fueron grandes lectores.
Ni la lectura tiene tantos años de privilegio entre todos, que aún hay muchos que ni la gozan, ni la escuela formó a los grandes lectores de todos los tiempos, ni es lo mismo hoy la noción de analfabeto que hace sólo 50 años atrás.
La lectura, eso sí, siempre es un arma letal: el que se aferre a ella puede pensar y si piensa puede disentir, y si disiente en toda sociedad puede ser peligroso. Así se manejó el tema de la lectura por muchos siglos, y hoy por hoy no ha cambiado nada.
Es que antes era prohibido enseñarle al pueblo, a las mujeres, a los niños, o simplemente no se hacía. Hoy, ofrecer chatarra a toda hora y a bajo precio, chatarra televisiva, chatarra de juegos, chatarra de oferta de ocio en general, va a favor del analfabeto actual.
Y siempre conviene un analfabeto actual: piensa menos, o no piensa, es manejable, no disiente...
Así que no veremos hacer grandes cosas a favor de la lectura. Y hablo de " grandes" a nivel mundial. Sí que existen, pero no son las más financiadas, no son las más reconocidas...Siempre habrá algo más importante para dedicarle esfuerzo y sudor y dineros.
La lectura es una arma letal.
Una herramienta precisa y eficaz.
Un proyectil cargado de preguntas.
Y seguimos viviendo en un mundo donde este tipo de armas y herramientas conviene tenerlas pero adormecidas: sólo las desentarrarán si hace falta para que las clases poderosas de todas las épocas, que van mutando pero son las mismas, sólo harán algo para que la lectura sea universal e igualitaria si sirve al propósito de las que dominan los nuevos imperios del consumo y la necesidad humana.
Sin embargo, desde nuestros lugares, siempre podremos hacer algo y, por pequeño que sea este algo, será mejor que mirar hacia el otro lado y culpar a la tecnología de la falta de lectura.