jueves, 30 de julio de 2009

¿Literatura infantil o literatura para niños?


Las palabras ponen el énfasis definitorio. Los que abogamos por una literatura para los más pequeños y jóvenes que sea considerada dentro de la casa literaria de aquella hermana mayor, que ha resultado a veces tan despótica como las hermanastras de Cenicienta: discutimos bastante sobe el tema de la denominación. ¿ Es literatura infantil o literatura para niños?
Vamos a poner primer en orden que cuando hablamos de " esa" literatura, la que llega al niño, al joven, hablamos de los mismos códigos estéticos, éticos, gramaticales y sociales, con los cuales se califica a cualquier literatura. Hablamos de literatura, la que puede ser comprendida, disfrutada, repetida y respondida desde los oídos, los ojos y la imaginación de los más pequeños.
También es válido recordar aquí que en tanto y en cuanto el joven no tenga mayoría de edad, es un niño ante la ley. Por lo cual considerar que cuando digo literatura para niños hablo de los libros que podemos leer hasta los 10 o 12 años, también es falso. Nos ponemos estrictos con las palabras, y son así, definen todo un universo.
Durante muchos años la literatura para niños fue considerada como una cantidad de libros moralizantes, que dejaban siempre moralejas de comportamiento limitante, que enseñaban religión, moral, " buenas costumbres", así llamadas algunas y que eran casi siempre sexistas, racistas y europizantes.
La gran evolución en los libros para niños nace después de la Segunda Guerra Mundial y de la mano de la nueva psicología, pedagogía, cuando la concepción del niño deja de ser un ser en miniatura y pasa a ser, una persona en crecimiento.
Si bien es cierto que los grandes clásicos, la recopilación de muchas fábulas, leyendas,y algunos precursores habían determinado ya un camino diferente al enmarcado por la guía sensata de la moral de la época, los libros para niños que marcaron el camino de la imaginación prodigiosa, las aventuras ilimitadas, la posibilidad de reír o tener miedo, de poner el mundo patas arriba: fue una concepción de corriente literaria que no tiene más de sesenta o setenta años.
Sin embargo la idea de que quienes escriben libros para niños es porque en realidad no pueden escribir para adultos sigue siendo hoy un epíteto que mancha la dignidad de quienes se ocupan de ello. Para quién aún tenga la duda, ruego consultar en este blog: La flor más grande del mundo de José Saramago.
Nos han tildado de ingenuos, poco serios, poco literatos, los que escribimos o nos dedicamos a estudiar seriamente sobre el tema, siempre hemos sido considerados los hermanitos huérfanos de la gran Hermana Literatura que Grande y Gloriosa sólo puede tener en su fiesta a los libros que sólo los adultos comprenden.
Pero hemos avanzado en las últimas décadas: hay una cantidad de organizaciones no gubernamentales, internacionales, privadas y estatales que han destacado el valor de esta literatura. Numerosos ensayos y estudios pretenden darle el valor que le corresponde: dentro de la casa de la literatura, hay una literatura para los niños.
Lo de la nomenclatura: infantil, quiero decir desde aquí que no tenemos que utilizarlo más. Porque así denominada, no representa a la infancia, representa a la infantilización de la palabra literatura o sea, quedamos como antes estábamos.
La literatura para niños, debe de ser denominada así. Y cuando digo niños, comprende también a los jóvenes.
No debemos aceptar más que se llame a la literatura para nuestros hijos, nietos o alumnos con una denominación que la perjudica peyorativamente con la intención de infantilizar el esfuerzo que se ha estado realizando desde hace muchos años por darle el prestigio que se merece.
Y para quién tenga aún dudas nombro por ejemplo: El Principito, Alicia a través del espejo, El señor de los anillos, Platero y yo, Robin Hood, David Cooperfield, La cabaña del tío Tom, El diario de Ana Frank, Las mil grullas, Destellos de Hiroshima, Las aventuras de Gulliver, Robinson Crusoe, Arturo y Clementina....
La lista puede ser casi eterna, de libros que hemos disfrutado, heredado y que seguirán en el inventario de muchas generaciones. Creo que todos ellos gozan de todos los tributos de la literatura. Si es cierto que en el mercado de libros para niños hay algunos que no merecen ser llamados literarios, recordemos que, en el mercado de libros para adultos, también hay de esos ejemplares.
Vamos a llamar a las cosas por su nombre: Literatura para niños.

martes, 28 de julio de 2009

Direcciones de Uruguay.

Y muy a pesar del Plan Ceibal y de que pronto seremos uno de los países donde los niños consultan más en Internet, no tenemos espacios conocidos de literatura para niños.
Les cuento por ejemplo que buscando a Sylvia Puentes de Oyenard hay muchos sitios pero no encotré ni su blog ni su Web, les refiero una de las tantas direcciones que hay en gogle buscando en su nombre:

http://aal.idoneos.com/index.php/Revista/A%C3%B1o_8_Nro._7/Literatura_infantil

De Magdalena Helguera encontré por ejemplo:
http://cavern.montevideo.com.uy/magdalenahelguera/Libros_publicados_con_tapas.htm

Y así les puedo dar muchos ejemplos, Santillana infantil tiene su página también, sólo hay que buscarla en el google u otro buscador.
Lamentablemente encontramos sólo páginas de librerías o editoriales, los autores no tienen aparentemente sitios personales donde adelantar su obre o poner sus ponencias sobre la temática.
Al fin, el principal sitio creo que es:
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/rincon_infantil.htm

Seguramente en unos meses más se verán aparecer muchos sitios como estos, es de esperarse, al menos necesitamos un sitio magistral como lo es ALIJA en Argentina o CEDELIJ en Córdoba que son lugares líderes donde la calidad de sus ponencias y la idoneidad con que manejan la temática han cambiado la historia de la literatura para los más jóvenes en la vecina orilla.

lunes, 27 de julio de 2009

Saramago da una pista sobre mi ponencia.

Primero leemos su libro La flor más grande del mundo, aquí coloqué un enlace de youtube para que miren la historia, si les parece después vemos el por qué afirmo que el gran autor José Saramago defiende la literatura para niños.