viernes, 23 de abril de 2010

La vieja y querida fábula.

Los animales cobraron voz en la fàbula género específico para moralizar en una sociedad donde se necesitaban voces firmes. Pero dentro de la firmeza la fàbula entrò en la vida de las personas divirtiendo y aconsejando. Pensando en ese gènero de la literatura que no siempre fue exclusivo de los niños, la fàbula aportò no sòlo una gran actuaciòn y observación del reino animal sino, aportó una lección de construcción literaria donde la moraleja, rimada en su principio, constituía la clave de su éxito.
No sòlo aportaron ricas interpretaciones y poblaron el mundo literario de sabidurìa del reino animal sino que en virtud de esas riquezas fueron recorriendo el mundo. Y el mundo en ese tiempo no era global ni digital, cuando una obra era apropiada y traducida realmente era porque su valor enquistaba distintos puntos de valor artìstico, popular y/o moral.
La moral de la época, regida casi siempre por la religión, no era poca ni escatimaba esfuerzos en su dureza. Debemos agradecer que la fábula sobreviviera porque no era un género tradicional. Desde Esopo a Samaniedo y al gran fabulista del siglo XX, Disney, el camino recorrido es amplio y generoso.
Si bien en este mismo sitio he criticado la postura de Disney en cuanto a cuentos clásicos tradicionales, mi posición al respecto de las fábulas difiere bastante.
Disney logró quitarle a las fábulas el valor puramente moral, le asignó a la moraleja un segundo plano y primó la diversión y el absurdo. Para un siglo XX que veía el explendor de los primeros rayos de una niñez concepualizada como lo que es, para un siglo que veía nacer a la literatura para niños, no pudo Disney hacer mejor acierto.
Lo mejor de todo esto es que, pasado los siglos, con niños que disfrutan de juegos en tres dimensiones, para niños acostumbrados a ver guerras entre galaxias: siguen disfrutando de las fàbulas,entonces me resisto a pensar que no son un clásico de épocas, sociedades y tiempos. La fábula sigue gustando y la moraleja, no es tomada obviamente como hace muchos años, pero sigue siendo una parte de la misma y los niños, aún hoy, la escuchan.
¿ Se puede agregar algo màs?
Creo que no, el valor està dado por los tiempos que una obra logra sobrevivir a las complejidades sociales.
Les dejo algo para difrutar.