lunes, 3 de junio de 2013

Convocando a los jóvenes para la narración oral y la lectura.

Ustedes pueden opinar que es una tarea ardua y difícil, yo estoy sacando conclusiones y no son tan apresuradas.
Durante más de diez años trabajé para grupos de secundaria en un colegio privado y nunca se negaron a contar para los más pequeños. Pero podría ser porque no salíamos del colegio y lo hacían como " de entre casa".
El año pasado armamos un grupo de narradores con alumnos del Liceo 3. Mi función fueron las clases de narración: gestos, ademanes, voces,sonidos, miradas, trucos que utilizamos los que narramos para irnos fogueando en el arte de narrar. También dejé algunos cuentos.
Los chicos se entusiasmaron: quiero aclarar aquí que era fuera del horario escolar, liceal, y por tanto eran horas donadas a la narración oral o la lectura para otros. Fueron varias las presentaciones en Jardines de Infante y Centros CAIF.
Este año estoy armando un nuevo grupo en otro liceo y en un colegio privado. Creo que el resultado será el mismo. Por qué los adolescentes de animan y quieren leer o contar para los más pequeños. Tal vez les trae recuerdos cercanos de su infancia, tal vez les permita mostrarse antes los pequeños con una faceta que no le conocen ni sus docentes, tal vez hagan catarsis y se muestren sin vergüenzas porque los niños son chicos. Hay muchos tal vez.
Pero no es una tarea muy compleja y me permite: que conozcan técnicas de comunicación, que elaboren mensaje corporal y aprendan a usar sus manos y su expresión, que mantengan activa la memoria, que improvisen, que donen su tiempo. Esto último es muy importante, que los adolescentes sepan que es un tiempo que le regalan al otro y ese otro es un niño pequeño.

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