viernes, 3 de septiembre de 2010

Algunos nombres que conviene recordar: reales pioneros de la literatura para niños en Uruguay.





Como dije antes, hasta avanzado el siglo xx no podemos hablar de literatura infantil propiamente dicha en nuestro país pero, es fundamental e importante recordar algunos precursores y pioneros.
DÁMASO ANTONIO LARRAÑAGA, (1771-1848) fue el primer escritor de fábulas y si bien se conocieron muchos años después de que las concibió, tiene el valor de enumerar por primera vez la flora y la fauna de éste hombre polifacético en su tarea cultural y más recordado por ser nuestro primer bibliotecario público.
PETRONA ROSENDE DE LA SIERRA, (1787-1863) es la primera poetisa que da a conocer una obra édita y fue distinguida por el periodismo femenino argentino. Si bien no se apartó de la línea de su época, didascálica y moralizante, se puede decir que escribió sus versos para niños en forma tierna y con coraje femenino.
ISIDRO de MARIA ( 1815- 1906): da a conocer Cantos escolares y recitaciones para la juventud educada en la República Oriental del Uruguay, aunque tampoco podríamos encuadrarlo hoy en la verdadera literatura para niños, es un ejemplo del camino que tenía que ser recorrido para llegar al hoy.
ENRIQUETA COMPTE Y RIQUÉ, (1866-1949) fue la iniciadora de un movimiento literario infantil que considera al niño en el marco de sus reales intereses hasta entonces, no habían sido reconocidos. Su libro, Canciones y juegos para mi escuela se da a conocer recién en 1949 pero ella ya había trabajado y formado docentes, sobre todo en el área de pre-escolares, que iban a la cabeza de una vanguardia naciente en letras para niños. Fue la primera fundadora de un jardín de Infantes en el país. Su rima está llena de colores y emociones.


HORACIO QUIROGA, ( 1878-1937), este magistral cuentista de todos los tiempos, nacido en mi ciudad, Salto Oriental, dio a conocer Cuentos de la Selva dedicados a sus hijos. Escribió para revistas de mucho tiraje en Argentina y la mayor parte de su vida la vivió en la selva Misionera en la frontera Argentino Brasileña, sus cuentos de la selva reúnen un colorido número de animales silvestres que se llenan de picardía y dan marco a cuentos tipo leyenda, algunos con finales un tanto tristes pero, debo reconocerlo, hacen las delicias de los niños de ayer y de hoy.
JOSE PEDRO BELLAN, ( 1889-1930) editó Primavera, y como en el caso de Quiroga, sus cuentos siguen encantando a los niños de hoy.
FRANCISCO ESPÍNOLA, ( 1901-1973) es el autor de la primer novela uruguaya para niños, Saltoncito es un sapo que entre salto y salto conquista más de lo que ustedes se imaginan y este personaje, claramente influenciado por clásicos de siglos anteriores, tiene toda la fantasía e imaginación como también un mensaje ético y estético que hoy por hoy, sigue valiendo su lectura.
FERNAN SILVA VALDES, ( 1887- 1975), se caracteriza por su aire nativo y en sus cuentos y poemas para niños, agudiza todos sus sentidos en el recorrido de las formas y colores del paisaje uruguayo. Junto con otro escritor, PEDRO IPUCHE, fundaron toda una corriente de “nativistas”y no hay novela más dulce, de Ipuche que ese caballito petiso, Él chongo, que lleva a un niño a su escuela en medio del campo haciendo las delicias de niños alejados de la ciudad y metidos de llenos en la geografía de un basto campo lleno de colores y sonidos.
Pero que mejor Ej. , que leerles algo de Silva Valdés:



EL NIDO.
Los árboles que no dan flores
dan nidos,
y un nido es una flor con pétalos de pluma;
un nido es una flor color de pájaro
cuyo perfume
entra por los oídos.
Los árboles que no dan flores,
dan nidos.

JUAN JOSE MOROSOLLI, ( 1899- 1957), hoy se podría leer todavía su obra, Muchachos, que es un compendio entre novela y valores, con su lenguaje fuerte y directo no deja nada por decir; Tres niño dos hombres y un perro y Perico, son sus novelas más destacadas para jovencitos y es donde se aprecia él atrape de nuestro campo, sus costumbre y nuestra gente.
ADOLFO MONTIE BALLESTEROS, ( 1888-1971)uno de nuestros más pródigos escritores tiene en su haber innumerables obras que, lamentablemente no han sido reeditas en su mayoría y por lo tanto, se desconocen. De una cantidad de títulos como El gato bandido y otros cuentos, El niño que se le secó el corazón, y muchos otros quiero recordar su Don Quijote Grillo, obra para niños que emula al caballero errante y su escudero, en este caso un gusano, hacen la magia de reconstruir una serie de aventuras irreproducibles por su gracia y belleza, de gran contenido literario y ético inicia, a los más pequeños, en la lectura de un Hidalgo saltarín que dice cosas como: “ Justicia es no hacer mal a nadie y no permitir que nos la hagan”
JUANA DE IBARBOUROU, (1892-1979), una de las más destacadas poetisas del Uruguay, dedicó una buena parte de sus poemas y prosas a los niños. La belleza que caracterizó toda su lírica, por la cual la llamaron Juana de América, también hace las delicias en sus Canciones de Natacha o su novela, Chico Carlo donde la magia y la inocencia tienen un tinte pueblerino lleno de fantasías y realidades.
IDELFONSO PERDA VALDES. ( 1899-1997) abogado, poeta, fundador de instituciones, si bien no se dedicó a la poesía para niños, se usa por su colorido y ritmo siendo además, un hombre que dedicó muchos poemas a la raza negra.
Y me van a quedar aprisionados en el tiempo y en la memoria nombre como el de Marita de Tutte, Julio da Rosa, Marisa Bay, Gastón Figueira, Kitita Guerendaín, Alicia Alonso, Sylvia Puentes y Eloísa Pérez. Pero digamos que quizá, y a riesgo de equivocarme éstos fueron los que lucharon más, lejos de una época donde la literatura para niños se llenara de risa, color y alegría y gracias a ellos, e ilustradores que fueron apareciendo, llegamos aun hoy mucho más delimitado en cánones propios de una literatura para niños y jóvenes.
Merecerían quizá todo un capitulo algunos escritores destacados que, si bien no escribieron toda su obra para niños, tienen en la literatura para éstos, obras excepcionales y tal es el caso de JOSE ENRIQUE RODÓ, más que escritor, pensador de inspiración modernista. Principalmente a través de su Ariel y sus Parábolas habló y habla con resonancia académica a muchas generaciones y aún hoy, por suerte, se sigue estudiando en nuestra escuela. Le debo también a SERAFÍN J. GARCÍA, hombre que galardonó su literatura para niños y es, hasta la actualidad, el único que ha merecido estar en el cuadro de honor del premio Andersen. Principalmente por sus Aventuras de Juan el Zorro y Piquín y Chispita, su obra está llena de sana picardía de nuestro campo y sus costumbres, tareas y formas de vida.
JOSE MARIA OBALDIA, maestro, cuentacuentos, escritor y poeta ha dedicado gran parte de su obra a los niños en Canciones en la escuela, Veinte mentiras de verdad y otros. Así me quedan en el camino incontables poetas y escritores, el mismo y famoso Eduardo Galeano, que han dedicado parte de su obra a los niños. Merced de las características económicas y en algunos casos, las pequeñas ediciones, muchos de ellos son conocidos sólo dentro del territorio nacional, y muchos, en su gran mayoría, sólo en la capital del país o en el lugar donde nacieron. Mis disculpas a todos ellos y mi agradecimiento por su aporte.